03 abril, 2006

Caspita DISGUSTADO


En el Perú hay que ser profundamente mediocre para destacar. Cuando alguien asoma cualquier punta de luz, le brotan mil ojos de desconfianza como si se le hubiera pegado una terrible enfermedad. El hombre de mérito no prende normalmente en estas tierras. Antes bien, su flor muere lentamente a falta del bálsamo que la alimente. Es raro que alguien elogie a otra persona. Y más aún que lo haga públicamente. El sentido de la crítica está generalmente más desarrollado. El de la virtud, resfriado. Por eso es que a los hombres de genio se les mira con resquemor. Porque no se les entiende. Su cortedad les impide comprenderlos. No están provistos de las herramientas necesarias para saber cuando están frente a uno. Sus únicos sensores son rústicos instrumentos de albañería frente a sofisticados ultrasensores. Quienes quieran destacar tienen que pensar como lo haría el sentido común. Forzosamente deben allanarse. Y el regateo con su entorno, que generalmente es pobre, termina por empobrecer sus almas, que estaba destinado para grandes cosas.

BloGalaxia


 Bitacoras.com

Deyaboo